¿Qué es un NFT?

El acrónimo nos da la pista de que es un Non Fungible Token, un token (o ficha) no fungible o intercambiable porque tiene características únicas. Por poner un ejemplo, un euro es fungible. Es fraccionable e intercambiable por otro igual. El cuadro original de la Mona Lisa y un NFT no.

Roberto Díaz, uno de los fundadores de Decentralist, los define como activos digitales basados en la lógica programada en el smart contract (contrato inteligente) a partir del cual se acuñan y que comparten total o parcialmente las propiedades y/o estado incluidas en dicho contrato inteligente.

Es una definición que pone el foco sobre el smart contract que permite crear los NFTs pero hay otros elementos relevantes que conviene resaltar.

Los NFTs son únicos e indivisibles. La no fungibilidad es clave. Como afirma la abogada Gloria Priego en este artículo, la no fungibilidad de los NFTs es un gran avance en el entorno de la tecnología digital y es, en gran medida, lo que los hace tan atractivos. Hasta su aparición, todo archivo digital era fácilmente replicable, de forma que cualquiera podía crear infinitas copias completamente idénticas, resultando casi imposible para el autor reclamar su autoría sobre el archivo primigenio.

Los NFTs se almacenan en una red blockchain (Ethereum, Polygon son dos de las más comunes), que hace de “registro” y permite las transacciones posteriores. Se pueden crear NFTs individuales o colecciones. Algunas colecciones que han tenido mucho éxito en los últimos años han sido Criptokitiies, Cryptopunks, BoredApeYachtClub o AxieInfinity.

Es difícil entender realmente qué es un NFT sin crear uno. Hay muchas plataformas que te permiten hacerlo. Opensea, una de las webs más populares para comprar y vender NFTs, también te permite crearlos. Otra opción más artesanal pero que te permite entender mejor todo el proceso es Bitbond, usando la testnet de Sepolia.

En cualquier caso, necesitarás tener previamente el archivo digital con el que vas a “conectar” el NFT, una wallet (billetera o monedero digital) como Metamask y saldo suficiente en alguna criptomoneda (ETH, MATIC…) para pagar las gas fees (gastos de procesar y registrar una transacción en una red blockchain). Contar con un archivo digital no es estrictamente necesario pero la gran mayoría de NFTs llevan asociado uno.

Cuando haces el ejercicio de crear o acuñar (to mint en inglés, por eso se dice mintear en la jerga cripto) un NFT te das cuenta de que lo que estás haciendo realmente es desplegar (deploy) un smart contract, que es el que va a asignar una serie de propiedades o instrucciones al archivo digital subyacente.

Este punto es clave por lo que supone a nivel legal. Salvo en casos muy puntuales (como el arte generativo de los Chromie Squiggle), el archivo digital ya existe y lo que se consigue al crear el NFT es aportarle la unicidad, indivisibilidad y no fungibilidad que hemos mencionado antes.

En consecuencia, podemos afirmar que el concepto de NFT no se refiere tanto al archivo digital que visualizas en Opensea o en tu billetera (puesto que dicho contenido ya existía antes de generar el NFT) sino a una especie de firma digital que se acopla al archivo como un certificado inmutable que da fe de las características del archivo y establece lo que se puede hacer con él, por ejemplo, que el creador se reciba un porcentaje de los ingresos que generen todas las ventas posteriores.

Dicho de otra forma, el NFT, aunque estrechamente vinculado a un archivo o contenido concreto, no es ese contenido en sí. Es una representación digital y un certificado de autenticidad y propiedad, más que propio archivo o contenido digital.

Puede haber NFTs que sean iguales (por ejemplo porque se crean 10 unidades partiendo de un mismo archivo digital) pero cada NFT tendrá un TokenID único que lo singulariza. El TokenID sería el equivalente a la huella dactilar.

Otro elemento importante del smart contract es el TokenURI (o BaseURI), que es donde están los metadatos asociados al NFT y, en muchas ocasiones, donde se menciona la ubicación del archivo digital. En este sentido, podemos distinguir dos supuestos: el archivo subyacente se almacena onchain (en la propia blockchain) u offchain en un servidor centralizado como los que ofrece AWS o de forma descentralizada con servicios tipo IPFS.  Lo más seguro es almacenarlo onchain pero también es lo más caro. Algunas colecciones, como Decentralist, lo hacen aunque realmente no almacenan el contenido en sí, sino los datos de los vectores que permiten trasladar las imágenes a código que se puede descompilar.

Vemos por tanto que los smart contracts que permiten la creación de los NFTs son fundamentales. No deben presentar vulnerabilidades que comprometan su correcta ejecución. Solidity es el lenguaje de programación más extendido.

Una de las ventajas que tiene el que los NFTs se guarden en una blockchain es que se pueden ver todos los datos de todas las transacciones. La transparencia es absoluta. Por ejemplo, utilizando un explorador como Etherscan, podemos ver todos los detalles relativos a BoredApeYachtClub.

No hemos mencionado todavía un tema importante: los estándares. Crear un token siguiendo las reglas de un estándar es lo que permite la interoperabilidad entre las distintas redes o protocolos, igual que pasa por ejemplo con la telefonía móvil. Los dos estándares principales para los tokens no fungibles son el ERC 721 y ERC 1155 y su función principal es fijar las normas que regulan cómo se deben crear, transferir y gestionar los NFTs que se desplieguen usando la Ethereum Virtual Machine. Por simplificar, la EMV es la infraestructura que permite ejecutar programas sobre la red de Ethereum.

¿Qué da valor a un NFT? ¿Por qué alguien pagaría miles o, en algún caso, millones de euros por un “cromo digital”?

Podemos mencionar varias razones: puro coleccionismo, estatus (exhibir en redes sociales algo muy caro que se puede verificar que es tuyo), escasez, potencial de revalorización, reputación del artista, fidelidad a una marca o utilidad/ventajas que te puede generar (por ejemplo en un juego).

En el caso de AxieInfinity que mencionábamos anteriormente, cada personaje es un NFT. Los objetos que usas en el juego son tokens también, cada uno con unos atributos. Han tokenizado incluso el terreno.  Con el esquema Play2earn que han implementado, cada jugador puede ganar recompensas u objetos que luego puede intercambiar por criptomonedas que a su vez puede convertir en moneda fiat posteriormente. Esto es un cambio relevante porque en otros juegos, lo que puedes conseguir son ventajas o cosas relacionadas con el juego pero que se quedan en ese universo virtual. Axie te permite venderlo y obtener dinero y se lleva un porcentaje de todas las transacciones que ocurren en su ecosistema.

Los NFTs están ofreciendo nuevas oportunidades de monetización en el mundo del gaming y del arte digital y se están extendiendo a otros sectores por las ventajas que ofrecen. La tokenización es una de las grandes tendencias ahora mismo en el mundo cripto.

Como era de esperar en un activo tan disruptivo, los NFT plantean interesantes cuestiones legales, que serán analizadas en otro artículo. Por cierto, si necesitas asesoramiento jurídico en cuestiones legales relacionadas con blockchain, cripto, web3… puedes acudir a Algoritmo Legal.

Como te puedes imaginar, la imagen que ilustra el artículo está generada por DALL E 3.