La transformación digital empieza en las personas
Últimamente se habla mucho de transformación digital de las empresas. Normalmente el foco de los artículos o noticias está en los procesos y, sobre todo, en la tecnología que posibilita o provoca los cambios, cuando en mi opinión debería ponerse mucha más atención sobre los individuos, que son quienes van a ejecutar (o no) la transformación en cualquier organización.
La creatividad y la innovación dependen sobre todo de la actitud individual y ésta se puede y se debe trabajar. Lógicamente cualquier empresa que quiera llevar a cabo el viaje hacia lo digital necesita un discurso que lo explique y justifique pero creo, si la narrativa no es real (por ejemplo porque hay contradicción entre lo que dice y lo que se hace) y no va acompañada de alguna clase de premio o castigo, estaremos actuando sobre la punta del iceberg y no conseguiremos un cambio real y duradero. Como decía el gran Peter Drucker, culture eats strategy for breakfast, algo así como “la cultura se come a la estrategia en el desayuno”.
Un requisito esencial para que la transformación tenga lugar es que los altos ejecutivos de la compañía la apoyen firmemente y pongan toda su determinación y capacidad de liderazgo en ese objetivo, que podría requerir tomar decisiones complicadas como despedir a las personas que no se quieran adaptar o que boicoteen la renovación. El empuje tiene que venir de arriba hacia abajo. Difícilmente funciona en el otro sentido.
Tenemos demasiado miedo al fracaso. Por eso otro punto importante en el que hay que enfocarse es en crear el clima propio para innovar y crear cosas nuevas. Google lo hace con su famosa la regla del 20%, según la cual el gigante de Mountain View incentiva a su personal para dediquen ese porcentaje de su jornada laboral a desarrollar proyectos o intereses que les sean atractivos. 3M impulsa una idea similar y otras empresas como Virgin o Amazon tienen la innovación en su ADN. El planteamiento de Netflix se basa en poner foco en captar el talento que mejor se adapte a su cultura.
Hemos mencionado lo que hacen las compañías más punteras pero creo que el proceso debería empezar desde el colegio y la familia. Como explica Sir Ken Robinson en esta famosa charla de TED, las escuelas matan la creatividad de los niños. La familia también tiene mucho peso en lo que ocurre y los padres podemos hacer mucho más de lo que imaginamos para desarrollar estas habilidades en nuestros hijos. Como no podía ser de otra manera, el entorno social tiene una influencia determinante. No es casualidad que Estados Unidos y Silicon Valley en particular estén liderando el mundo tecnológico actual.
En cualquier caso es esencial no quedarse en la teoría y pasar a la práctica. Es mejor empezar con hitos pequeños pero realistas, que pretender cambiar el mundo en una semana. Los expertos aconsejan arrancar con algo simple como hacer las cosas de otra manera: ir al trabajo por un sitio diferente, probar otro tipo de comidas o, si nos ponemos en el mundo digital, participar activamente en alguna red social nueva o hacer un curso básico de programación. Parece que estas pequeñas acciones no tendrán mucho impacto pero no es cierto. Cuando lo pruebas ves que funciona, pero hay que lanzarse. Casi siempre estamos esperando que sea otro el que empiece o nos guíe y con esa actitud no se llega muy lejos. Poca gente asume que para que ocurra un cambio relevante hay que empezar por uno mismo. Be the change you wish to see in the world, como dicen en inglés.
Mi propia experiencia me ha enseñado que cuando sales de la famosa zona de confort es cuando empiezan a ocurrir cosas. Replicante Legal arrancó hace menos de dos años. El objetivo inicial era simplemente plasmar por escrito pensamientos que me venían a la cabeza al investigar sobre temas de robótica, inteligencia artificial y nuevas tecnologías. Los asuntos tratados se fueron expandiendo gradualmente pero nunca se me hubiera ocurrido imaginar que la web llegaría a alcanzar 100.000 visitas en tan corto plazo, ni que la editorial Aranzadi me pudiera proponer publicar un libro de recopilación de sus mejores artículos. En cualquier caso, lo más importante es que me ha permitido conocer a gente profesional y personalmente increíble, que ahora considero amigos y que me inspiran constantemente para acometer nuevos proyectos.
Gran parte de las reflexiones de este artículo las expuse en la mesa redonda que organizó hace unos días el Foro Generación del 78, que trataba precisamente de la transformación digital y en el que tuve el placer de compartir coloquio con personas estupendas como Elisa Martín de IBM (que no habló casi de Watson…), Manuel Gimeno de Orange y Gerardo Delgado de Cisco.
Y ya que estamos hablando de gente top, quiero acabar el artículo con una recomendación: seguid a Silvia Leal y a Eduardo Lazcano. Están escribiendo y dando charlas muy interesantes sobre el tema de la transformación digital (y otras muchas materias…)
Publicado originariamente en mayo de 2016 en Replicante Legal