Mucho que aprender de Singapur en #innovaciónlegal: plan+ejecución+colaboración.

Cuando en alguna clase hago la pregunta de cuáles son los diez países más innovadores del mundo, prácticamente nadie menciona Singapur y lo cierto es que, según un reciente ranking de Bloomberg, está en el podio de economías más punteras por delante de Estados Unidos, China, Japón, Israel o Suiza. La clasificación incluye indicadores como gasto en I+D, solicitudes de patentes o número de empresas públicas nacionales de alta tecnología. Tiene mérito porque esta excolonia británica de menos de 6 millones de habitantes es el país más pequeño del sudeste asiático (720 km²) pero tiene la tercera mayor renta per cápita del mundo y figura entre los primeros en las listas internacionales de educación, sanidad, transparencia y competitividad económica.

En el sector legal también son de los más avanzados del continente. Como apunta MarK Cohen, la visión estratégica, la colaboración público-privada, el tamaño pequeño y la reputación global de excelencia de Singapur, le permiten aprovechar el talento, acceder al capital y adoptar la transformación digital de una manera ágil, expansiva y excepcionalmente pragmática. El secreto está en elaborar un plan estratégico y, sobre todo, ser capaz de ejecutarlo.

Uno de los asuntos en los que primero pusieron el foco es la justicia. En el año 1997 arrancaron un proyecto piloto de sistema electrónico para el envío y archivo de documentos en pleitos, similar a nuestro Lexnet (que fue implantado en España casi 20 años después…). Desde 2013 utilizan el Sistema Integrado de Litigios Electrónicos (iELS) o eLitigation que supone un cambio de paradigma desde un archivo electrónico centrado en documentos a un sistema de litigio electrónico centrado en casos y que permite la colaboración online entre los bufetes de abogados y los clientes a través del expediente electrónico. Añadido a lo anterior, el Ministerio de Justicia y el Poder Judicial han aunado esfuerzos para evaluar el impacto de la tecnología en los servicios legales futuros. Esto llevó a la creación de un Grupo de Trabajo de los Tribunales del Futuro, que estudia y aporta recomendaciones para la adopción de tecnología en el trabajo judicial de Singapur.

Otra de las razones detrás del éxito singapurense es la colaboración real y efectiva entre todos los agentes implicados, que aceptan su interdependencia de una manera natural. El Ministerio de Justicia (MinLaw) juega un papel relevante en la transformación. En octubre del año pasado publicó un informe con la hoja de ruta de tecnología e innovación de la industria legal, que detalla sus planes para promover la innovación y la adopción y desarrollo de tecnología en la industria legal de Singapur hasta 2030. El informe, dirigido a bufetes de abogados y departamentos jurídicos internos, destaca las tendencias clave que los actores de la industria deben conocer a la hora de tomar decisiones en este momento de disrupción e incertidumbre y proporciona consejos prácticos sobre los tipos de soluciones que pueden considerar al planificar su proceso de transformación.

En 2019, MinLaw, la Law Society of Singapore, Enterprise Singapore y el regulador audiovisual lanzaron una iniciativa denominada Tech-celerate for Law, cuya finalidad era apoyar económicamente a despachos para que adoptaran determinadas soluciones tecnológicas. Actualmente MinLaw está trabajando en poner a disposición de los abogados una plataforma en la nube de soluciones legaltech.

Otros dos actores fundamentales del ecosistema son la Law Society of Singapore, que a través de su Departamento de Productividad e Innovación Legal se dedica a promover la adopción de tecnología entre los despachos de abogados, así como a ayudar a los bufetes con iniciativas de innovación y desarrollo de capacidades; y la Singapore Academy of Law (SAL), una agencia de promoción y desarrollo para la industria jurídica de Singapur, que pretende hacer de esta cuidad estado el hub legal de referencia en Asia. Dos de las iniciativas más interesante de la SAL son Future Law Innovation Programme (FLIP), proyecto que reúne a bufetes de abogados, departamentos legales, startups  de tecnología legal, gobierno y mundo académico para colaborar en el desarrollo de nuevos modelos para la prestación de servicios legales y Legal Industry Framework for Training and Education (LIFTED), que ofrece a los abogados la posibilidad de evaluar sus propias necesidades de aprendizaje en función de su perfil profesional actual y futuro y personalizar un plan de formación continua, con programas diferentes de una variedad de proveedores y en todos los formatos de aprendizaje.

Para redondear la situación, la mayoría de las entidades mencionadas anteriormente son miembros de ALITA, la Asociación de Tecnología e Innovación Legal de Asia-Pacífico. Y como no podía ser de otra manera, Singapur tiene su propio capítulo de Legal Hackers.

En resumen, Singapur tiene un plan estratégico a largo plazo y lo está ejecutando de forma brillante, probablemente porque todas las partes involucradas conocen su misión en el ecosistema y son conscientes de la importancia de trabajar de forma conjunta.

Para ampliar la visión y tener más información sobre lo que está ocurriendo en innovación legal en Asia, se puede consultar este informe de 2019 y la web de noticias Lawtech Asia.