Are you a data driven lawyer?
Ayer se celebró la segunda edición de robotiuris, el primer congreso dedicado a explorar las implicaciones legales y éticas de la robótica y la inteligencia artificial. De nuevo lleno total en FIDE y mucho interés por oír a los ponentes y conocer las últimas novedades en estas materias.
Gracias al apoyo y patrocinio de Microsoft, tuvimos la oportunidad de escuchar a James Whittaker, que ocupa el cargo de Technical Evangelist y tiene como misión pensar en el futuro de esa compañía a 5-10 años. La tesis central de su intervención es que vivimos en un mundo que se reduce a datos y que todos, abogados incluidos, haremos bien en formarnos como científicos de datos porque eso nos dará una ventaja competitiva significativa sobre nuestros pares y nos permitirá sobrevivir y prosperar en un mundo en el que los bots harán por nosotros el trabajo de búsqueda y procesamiento de la información disponible en internet. Are you a data driven lawyer?
Obviamente la realidad es más compleja de lo que exponía Whittaker pero me gustó la narrativa, el tono distendido de su charla y su intención de resultar provocativo para (entiendo) mover a los asistentes a la acción. En cualquier caso, una persona que incluye en la presentación una foto suya con una camiseta que pone “do epic shit”, está en otra liga.
José Antonio Marina era otro de los ponentes estrella y no defraudó. La hora era mala (justo después de comer) pero consiguió crear una atmósfera especial y nos mantuvo a todos enganchados. Arrancó con la ley universal del aprendizaje, que dice que tienes que aprender al menos a la misma velocidad que tu entorno si no quieres quedarte atrás. En este mundo VUCA, ese principio vale para la educación y también para la innovación, la transformación digital y otros muchos aspectos de nuestra vida. Marina enfatizó la importancia de la memoria para la imaginación y creatividad y destacó que la función de la inteligencia es tener conocimientos para ejecutar buenas decisiones. Por último, habló del Proyecto Centauro, con el que pretende cambiar el sistema educativo para que los niños aprovechen lo mejor de las nuevas tecnologías en el proceso de aprendizaje.
En congreso había arrancado con Ramón López de Mántaras, probablemente la persona que más sabe de inteligencia artificial en España, que hizo una exposición brillante sobre el estado actual de esa tecnología y los retos más relevantes que plantea, básicamente seguridad, privacidad y autonomía. López de Mántaras puso encima de la mesa un tema relevante: ahora mismo los sistemas informáticos cuya seguridad es crítica (el piloto automático de los aviones por ejemplo) tienen que pasar un proceso de verificación formal antes de su puesta en producción. Parece lógico que los algoritmos que controlen los futuros coches autónomos deban pasar el mismo examen pero ¿debemos someter a todos los sistemas de inteligencia artificial a ese esquema de verificación previa? Personalmente creo que debemos ser restrictivos y ceñirlo a aquellos que sean “safety critical”.
Marlon Molina y Antonio Muñoz tomaron el testigo e hicieron una presentación francamente ilustrativa sobre los retos del big data y los algoritmos, plagada de ejemplos prácticos. Hablaron de sesgos de lenguaje (muy claro el ejemplo de cómo el traductor de Google cambiaba el género del sujeto según la profesión sea más masculina o femenina) o de disponibilidad de la información (se tiende a buscar información donde es más fácil encontrarla) y de la dificultad de describir con lenguaje natural la lógica de programación de un algoritmo, cuando haya que cumplir con el derecho de información del nuevo Reglamento europeo de protección de datos.
Dos médicos, los doctores Pedro García Barreno y José Luis Pons, nos dejaron fascinados con el nivel de avance de la medicina actual en relación con los exoesqueletos y la estimulación de los músculos. Hubo tiempo también para reflexionar sobre la vigencia actual de las enseñanzas de Aristóteles y Kant en la sesión sobre ética y responsabilidad en el diseño de robots e inteligencia artificial; para plantear si tiene sentido que las máquinas inteligentes tengan derechos de autor de las obran que “creen” y para debatir sobre los retos del mundo virtual, de los sistemas de armas letales autónomos y de los juguetes conectados y asistentes virtuales en el hogar.
Robotiruis terminó con una conversación moderada por Eva Bruch acerca del impacto de la inteligencia artificial y la innovación en el sector legal con opiniones de Ricardo Oliva, Carlos de la Torre (Baker & Mckenzie) y Alejandro Padín (Garrigues).
Cerramos robotiuris17 y empezamos con la tormenta de ideas para robotiruis18, en el que incorporaremos el feedback que nos habéis dado y que nos paséis en el futuro y, por supuesto, el juicio robótico que no pudimos finalmente hacer ayer. Gracias a todos por el apoyo. ¡Que siga el rock&roll!
Publicado originariamente en noviembre de 2017 en Replicante Legal.